El proceso de presupuestación en Perú ha experimentado una evolución significativa desde principios de la década de 2000, influenciado tanto por reformas internas como por presiones externas. Inicialmente, se desarrollaron programas sustantivos de carácter heredado orientados a apoyar el desarrollo sostenible del sector extractivo, con diez proyectos destacados enfocados en la gobernanza de los recursos naturales y realizados en colaboración con entidades gubernamentales, la sociedad civil y el sector privado. Entre los logros clave se incluyeron el fortalecimiento de capacidades y el establecimiento de sistemas de prevención de conflictos, además de iniciativas para mejorar la transparencia y eficiencia en el uso de los ingresos mineros[1]. Un cambio fundamental ocurrió con la introducción del presupuesto por resultados en 2007, que buscó transformar la forma en que se asignan y gestionan los recursos públicos. Este enfoque se caracterizó por su énfasis en el rendimiento y el impact...