Monsefú: Futuro de un Territorio de Raíces Milenarias
Por: Limberg Chero Senmache
Pocas ciudades en el norte del Perú combinan, con la intensidad de Monsefú, una identidad cultural tan poderosa con un potencial geográfico tan estratégico. Esta dualidad plantea una oportunidad única: preservar y proyectar su alma milenaria mientras se reconfigura su desarrollo urbano, económico y social con mirada prospectiva.
I. Desafíos de Corto Plazo: Urgencias que No Pueden Esperar
1. Agua Potable y Saneamiento: El inicio de toda dignidad urbana
La disponibilidad de agua potable y un sistema de alcantarillado eficiente es, antes que un servicio, una condición de ciudadanía. Monsefú arrastra décadas de rezago estructural en este ámbito. Existe un desafío en las coordinaciones con MVCS y OTASS - EPSEL S.A. sobre los pendientes del plan maestro y la infraestructura sanitaria sigue siendo insuficiente, fragmentada y, en algunos sectores, colapsada.
Urge un diálogo sobre la gestión técnica, financiamiento articulado y participación ciudadana. No basta con más redes: se necesita una gobernanza del agua que deje claro al municipio y a sus ciudadanos los mecanismos de control frente a una gestión que hoy opera desde Chiclayo pero sin entender del todo el territorio.
2. Seguridad Ciudadana: De la vigilancia a la prevención territorial
Monsefú ya no es un distrito aislado. Es un nodo urbano dentro de un sistema metropolitano en expansión en el circuito Mochica. Con ello, llegan también las amenazas del crimen organizado, las extorsiones a comerciantes y el microtráfico. La respuesta no puede ser solo más patrullaje: debe construirse una inteligencia territorial preventiva, basada en datos, alianzas vecinales, cámaras interconectadas y un plan local de convivencia que incluya a jóvenes, iglesias, escuelas y emprendedores.
3. Turismo y Hostelería: De la estacionalidad a la vivencia continua
Si Monsefú quiere consolidarse como destino turístico permanente y no solo como sede del FEXTICUM en julio, tiene el reto de migrar de la lógica del evento en julio a la lógica del ecosistema turístico, con un FEXTCUM permanente (como lo dejó escrito Limberg Chero Ballena). Eso implica una estrategia pública-privada de 365 días: mejorar la infraestructura hotelera, capacitar al personal en atención al cliente, y generar rutas culturales y gastronómicas vivenciales que conecten con Eten, Santa Rosa y Pimentel. Estar en la ruta del Papa ayuda, siempre y cuando esté acompañada de fondos que permitan viabilidad al crecimiento del turismo religioso anhelado.
Un eje clave: la certificación del patrimonio gastronómico y cultural, convirtiendo la cocina monsefuana no solo en un producto, sino en una experiencia.
4. Sostenibilidad Fiscal: Financiando el desarrollo con autonomía
Ningún plan será viable sin recursos sostenibles. La presión tributaria municipal en Monsefú es baja y muy dependiente de transferencias. Es urgente un Plan de Sostenibilidad Fiscal Local, que combine:
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Revalorización y actualización catastral.
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Fomento de asociaciones público-privadas en turismo y servicios.
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Participación ciudadana en presupuesto participativo con metas medibles.
La digitalización de tributos y el uso de incentivos para el cumplimiento voluntario son pasos ineludibles si se quiere financiar el futuro.
II. Escenarios de Largo Plazo: Construir Futuro Desde Nuestra Identidad
1. Cultura milenaria: El alma que da sentido al desarrollo
Monsefú no puede avanzar al ritmo del concreto y el asfalto si no lleva consigo el pulso profundo de su herencia muchik y Cupisnique. Aquí no solo hablamos de folklore: hablamos de una cultura viva, que está en las manos que tejen, en las recetas que se transmiten sin libros, en los danzantes que heredan el movimiento de sus abuelos.
El reto está en institucionalizar esa herencia y legado visionario como cuna del sabor, centro del costumbrismo y capital del ritmo. ¿Cómo?
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Con un Museo Vivo de la Cultura Monsefuana Ancestral, donde no solo se conserve sino se enseñe activamente en la comunidad.
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Con la protección legal del “saber gastronómico ancestral” como patrimonio intangible.
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Con escuelas que enseñen la experiencia muchik, con talleres de lengua muchik, narrativa oral, y economía creativa.
Defender la construcción del Cumbiódromo y el Marineródromo, la infraestructura que nos colocará en la orbe internacional de circuitos de espéctaculo, con lo mejor de nuestro ritmo.
La cultura no es un anexo al desarrollo: es su base civilizatoria.
2. Desarrollo urbano al 2050: Una ciudad conectora entre costa y mundo
El futuro de Monsefú está ligado a su posición geográfica. Su desarrollo no debe pensarse en función de Chiclayo, sino como bisagra entre la costa norte, los corredores logísticos del Pacífico y los flujos globales.
En este escenario, se perfilan cuatro infraestructuras clave:
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Terminal Portuario de Eten: Monsefú será su "hinterland logístico y humano". Esto exige preparar suelo urbano industrial, zonas de servicios y vías de conexión rápidas con estándares internacionales.
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Autopista del Sol: No solo debe cruzar Monsefú. Debe articularse con zonas productivas, turísticas y culturales, para que no sea una autopista de paso, sino de atracción. Debe estar en la PDU del distrito.
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Eje Eten–Santa Rosa–Monsefú: Esta triada debe consolidarse como un corredor cultural–gastronómico–portuario, con una agencia común de planificación territorial.
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Desarrollo urbano-regional: El crecimiento hacia el 2050 debe basarse en planes de uso de suelo con zonificación actualizada, gestión de riesgos y resiliencia al cambio climático. Monsefú debe pensar su expansión con criterios metropolitanos que conecten el puerto y su parque industrial en Eten, los flujos del Marineródromo y Cumbiódromo y los corredores de turismo y cadenas productivas.
III. La Provincia Diego Ferré: De aspiración a diseño institucional
Desde 1950 se discute con creciente legitimidad la creación de la Provincia Diego Ferré, integrada por Monsefú, Eten y Santa Rosa. Esta no es solo una demanda política. Es una oportunidad institucional para repensar el desarrollo descentralizado.
Tres condiciones deben darse para que no sea un fracaso:
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Sustento técnico sólido, con evidencia poblacional, económica y administrativa.
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Modelo de gobernanza moderna, con participación ciudadana, transparencia y enfoque metropolitano.
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Proyectos emblema: Un centro de pensamiento en Monsefú, un parque industrial artesanal de alcance nacional, y un corredor verde turístico.
La provincia Diego Ferré puede ser un laboratorio de innovación institucional, si se diseña con visión, no solo con nostalgia.
El futuro se construye con decisiones del presente.
Monsefú tiene un pasado que inspira y un presente que nos invita a la reflexión. Su mayor desafío está en soñar el futuro con claridad. No se trata de crecer por crecer, sino de desarrollar sin perder el alma, nuestra identidad... como decía el Prof. Límberg Chero, nuestra monsefuanidad.
Desde los patios donde aún se canta el romance del señorío del Chuspo, hasta los proyectos portuarios que redibujarán el mapa logístico del norte, todo confluye en una tarea: construir un territorio con sentido, con raíz y con futuro.
Y esa es una responsabilidad de todos: autoridades, empresarios, jóvenes, artesanos, migrantes y retornantes. Porque Monsefú no es solo un lugar en el mapa. Es una forma de SER en este mundo.
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