Las PYMEs enfrentan desafíos significativos relacionados con la falta de recursos, conocimiento, y apoyo institucional, así como presiones comerciales y el miedo a represalias. Para superarlos, es necesario que las iniciativas de Acción Colectiva adapten sus programas a las realidades de las PYMEs, ofreciendo herramientas más accesibles y apoyo específico que las incentive a participar.
Desafíos que enfrentan las PYMEs para sumarse a las iniciativas de Acción Colectiva
Por: Límberg Chero
Los desafíos que enfrentan las PYMEs para sumarse a las iniciativas de Acción Colectiva contra la corrupción fueron destacados en varias partes de la sesión. Algunos de los principales retos mencionados incluyen:
Falta de recursos: Las PYMEs suelen tener menos recursos financieros y humanos para implementar programas de cumplimiento y participar en iniciativas de Acción Colectiva. A menudo, sus márgenes de operación son más reducidos, lo que limita su capacidad para invertir en auditorías, sistemas de cumplimiento o formación específica contra la corrupción.
Falta de conocimiento y experiencia: Muchas PYMEs carecen de experiencia en la implementación de medidas anticorrupción o cumplimiento normativo. Además, puede que no estén familiarizadas con los beneficios de participar en iniciativas de Acción Colectiva, lo que limita su interés en sumarse a estos esfuerzos.
Complejidad de las iniciativas: Las iniciativas de Acción Colectiva pueden ser percibidas como complicadas o diseñadas principalmente para grandes empresas. La burocracia y los procesos que involucran pueden resultar abrumadores para las PYMEs, que prefieren concentrarse en sus operaciones diarias.
Poco apoyo institucional: Aunque las iniciativas más grandes pueden ofrecer redes de apoyo, las PYMEs suelen estar fuera de estas redes y no cuentan con el respaldo necesario para participar. Esto incluye la falta de asesoría técnica y legal que les ayude a cumplir con los estándares y requisitos de estas iniciativas.
Miedo a represalias: En algunos casos, las PYMEs temen que al denunciar o resistir la corrupción se enfrenten a represalias por parte de actores corruptos, especialmente en mercados donde estas prácticas están muy arraigadas. Esto les hace más vulnerables y reticentes a participar en esfuerzos colectivos contra la corrupción.
Presiones comerciales: Las PYMEs a menudo enfrentan presiones comerciales inmediatas, como la necesidad de ganar contratos o mantener relaciones comerciales. Esto puede llevar a que prioricen sus operaciones sobre la adhesión a estándares de cumplimiento que a corto plazo podrían parecer menos relevantes para su supervivencia económica.
Desconexión con las grandes empresas: Aunque las iniciativas buscan involucrar a las PYMEs, muchas de ellas no tienen acceso directo a las grandes empresas que lideran las iniciativas de Acción Colectiva. Esto crea una desconexión entre las mejores prácticas y la realidad cotidiana de las PYMEs, dificultando su integración en estos esfuerzos.
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