En el año 2020, se observaron mayores impactos en las mujeres como consecuencia de la contracción económica. En el caso del desempeño de las tasas de participación por sexo (gráfico I.8), se aprecia que durante la crisis sanitaria la fuerte contracción de las tasas de participación en el año 2020 comparado con el 2019, fue mayor en las mujeres (-20,5 pp.) que entre los hombres (-6,1 pp.).
En el período 2001-2019, la participación de las mujeres en la fuerza laboral fue la que más creció, pasando de 58,4% a 64,5%, un avance mayor que el de los hombres que pasó de 80,1% a 81,1%. Sin embargo, a pesar del importante incremento en la tasa de participación femenina, la brecha con respecto a la tasa de los hombres es aún significativa. En el año 2001, mientras que la tasa promedio de las mujeres de 14 años y más era de 58,4%, la de los hombres alcanzó el 80,1%, es decir, una diferencia de 21,7 puntos porcentuales; en el año 2019, la brecha descendió 16,6 puntos porcentuales. El avance se debe principalmente a progresos en aspectos que tienen impactos positivos sobre la decisión de las mujeres de incorporarse al mercado laboral: mayores niveles educativos, caída en las tasas de fecundidad, mayores niveles de ingreso, acceso a tecnologías que reducen el tiempo necesario para llevar a cabo tareas domésticas, así como logros en materia de derechos políticos y normas sociales. Sin embargo, persisten rezagos que inhiben el crecimiento de la participación laboral femenina, incluyendo las brechas en los rendimientos escolares, estereotipos en la educación y aspectos culturales que favorecen el rol reproductivo y de cuidado de las mujeres y que alejan a estas del mercado de trabajo.
Comentarios
Publicar un comentario